Juegos Salvajes (Wild Things, 1998) es la primera de una serie de películas de suspense de alto contenido erótico. La saga tuvo cierta fama en su día, más que por la calidad de la misma, por las tórridas escenas que en ella se presentan. Fue protagonizada por actores conocidos como Matt Dillon, Kevin Bacon y Bill Murray, además de por dos actrices que tuvieron relevancia en los años noventa como Neve Campbell (Scream) y la despanpanante Denise Richards, que llegó a ser chica Bond en El Mundo Nunca es Suficiente. La trama empieza cuando Kelly (Richards) denuncia a Lombardo (Dillon) por violación.
Lo cierto es que hoy tenía intención de sacar mi lado más cinéfilo (en el sentido más purista de la palabra) y hablar de películas premiadas en las últimas galas, pero la noche de ayer fue más caliente de lo que las invernales temperaturas indican. Y no piensen mal. Empecé disfrutando con la Blancanieves de Pablo Berger, que consiguió el Goya, y lo cierto es que me gustó. Bastante más que la oscarizada The Artist (también muda y en blanco y negro). La madrastra es Maribel Verdú y no hace falta decir lo que provoca la madrileña a todos los que nos gustan las mujeres. Haberla visto tantas veces "comiéndose el mundo" seguro que tiene parta de culpa.
Tras la más que aplaudible Blancanieves y en el clásico zapeo pre dormir, me encontré con Juegos Salvajes y sus escenas subidas de tono. Una de ellas, la que presento a continuación. Seguro que muchos habéis deseado en alguna ocasión encontraros en una situación similar, si es que no lo habéis hecho ya. Y es que el mundo, para hombres y mujeres, está lleno de juegos salvajes. Todos tenemos escritos nuestros sueños más íntimos aunque nunca los hayamos contado. Un chico, una rubia, una morena... Hagan la combinación que más les guste, sigan buscando ques sus sueños se hagan realidad y dejen de un lado el ya tiñoso "yo nunca..."
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