Casper (1995) es una película que mezcla actores reales con animación. Una comedia que combina fantasía y momentos de esos en los que hay que tirar del pañuelo para secar las lagrimillas. La historia trata de una mujer que contrata a un especialista en fantasmas para que los expulse de la mansión que se ha comprado. Entre los fantasmas está Casper, el bueno de ellos, y la hija del especialista es Kat, una jovencísima Christina Ricci. No hace falta ser muy avispado para adiviniar que entre Casper y Kat prende la chispa del amor. (¡Qué bonito!).
He elegido esta película porque de ella, aunque parezca mentira, extraje una frase que intento aplicar a mi vida. Cuentan los fantasmas que una persona se convierte en fantasma porque ha dejado cuentas pendientes antes de morir. Cuando vi la película, creo que en el cine cuando tenía once años, me quedé con la copla. Desde entonces intento no dejar nada pendiente, ¡no vaya a ser que acabe siendo un fantasma!
Bromas al margen, creo que todos deberíamos intentar hacer todas esas cosas que tenemos pendientes. Seguro que todo el mundo tiene en la cabeza algo que le gustaría haber hecho o le gustaría hacer y que por una cosa o por otra, no ha hecho. Esa situación que, de vez en cuando, te viene a la cabeza y dices "tengo pendiente..." A por ella! No dejemos cuentas pendientes.
En la escena podemos ver un momento en el que Casper le intenta decir algo a Kat pero esta se duerme... Seguro que aprendió la lección y le acaba contando lo que quería decirle.
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