miércoles, 1 de febrero de 2012

Escoceses de Anduva

Bravehart (1995), no es una película, es un peliculón. Bien hecha, bien llevada, emocionante, romántica, cruel... Ganadora de cinco Óscar y dirigida, producida y protagonizada por Mel Gibson. Cuenta la historia de William Wallace, un escocés que lidera una revuelta popular contra el rey Eduardo I de Inglaterra. Amor, batallas, traiciones... Una de esas películas que hay que ver una vez en la vida. Los premios de la academia, que ya hemos comentado fueron cinco, se los llevó Bravehart a la mejor película, Mel Gibson como mejor director, mejor fotografía, maquillaje y edición de sonido. Si todavía no la han visto y tienen un par de horitas, vayan a por ella.

No tengo ninguna duda de que en esta vida hay cosas mucho más importantes que el fútbol, pero pocas como el deporte del balón generan tantas emociones positivas. No importa la situación en la que se encuentre un país, si tu equipo gana, tienes asegurados unos momentos de felicidad. Esta año, a los que les ha tocado el gordo en forma de alegría futbolística es a los aficionados del Mirandés. Un equipo del grupo segundo de Segunda B que está disputando la semifinal de la Copa de Rey. El equipo entrenado por Carlos Pouso ha dejado en la cuneta al Villarreal, al Racing de Santander y al Espanyol, tres equipos de Primera. Ahora, a las puertas de la final, se han cruzado con un Athletic de Bilbao que ganó ayer 1-2 en el partido de ida y que podría acabar con el sueño y las ilusiones del modesto equipo burgalés. Pero que les , y nos, quiten lo bailao. El Mirandés ha vuelto a provocar admiración por los pequeños equipos llenos de guerreros. Por esos grupos de personas que luchan en una misma dirección y que llegan más alto que otros con más luz y brillantina que creen ser mejores porque sí. Estos días todos somos un poco del Mirandés, más cuando allí hay jugando viejos compañeros y el entrenador es un tío genial. Todos hemos vibrado con el equipo, hemos coreado las canciones que suenan en Anduva (su campo) y hemos celebrado sus goles. Ellos nos han demostrado que los sueños se pueden alcanzar, pero que hay que trabajar para lograrlos. No desistir y no pensar que por ser teoricamente peor, no se puede llegar más lejos que el resto. Por el Mirandés y por todos los que seguimos luchando por alcanzar nuestros sueños, va esta escena de motivación absoluta. Un grupo de escoceses que quieren derrotar al ejército inglés, un grupo de jugadores de Segunda B que luchan por acabar con los de Primera, personas de a pie que queremos seguir escalando para llegar a la cima...


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