martes, 12 de agosto de 2014
Nunca una sonrisa será triste
Hook (1991) es una película dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Dustin Hoffman como Capitán Garfio, Julia Roberts como Campanilla y el recientemente fallecido Robin Williams como Peter Pan. En este blog ya he hablado de la película y de lo mucho que me gusta. De lo que disfruto cada vez que la vuelvo a ver o cada vez que me topo con una de sus escenas.
No podía dejar pasar el día de hoy sin volver por aquí. La muerte de Robin Williams me ha inspirado. No me gustan las miles y miles de frases, los miles de "Oh Capitán" que he leído por Facebook o Twitter... Pero no me resisto a escribir unas líneas cada vez que se me enciende la luz. Y la luz, además del fallecimiento del bueno de Robin, me la ha encendido una frase que me ha dado mucha pena. He leído por ahí que "ha muerto la sonrisa más triste de Hollywood". Perdonen, pero una sonrisa nunca puede ser triste. Y menos una como la de Robin. Que es de lo más entrañable que he visto nunca. Uno puede sonreír estando triste, pero nunca su sonrisa emanará tristeza. Siempre será el primer paso hacia la felicidad.
Mi Peter Pan se ha ido, pero su espíritu, como el de Peter Pan, siempre estará ahí. Hay veces en las que la vida te da patadas, pero siempre hay tiempo para volver a.... Kukurruku!!!!
"You can fly, you can fight..."
martes, 29 de julio de 2014
Una caja de bombones
Forrest Gump (1994) es una película dirigida por Robert Zemeckis y protagonizada por Tom Hanks. He hablado de esta historia en este blog y no voy a repetirme. Solo diré, una vez más, que es mi película preferida. Con muchísima diferencia sobre el resto. Y hoy, solo quiero contaros que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar.
Dicen que se me da bien mi trabajo. Que podría llegar lejos. Lo dice gente cercana a mí y gente que no tiene razón alguna para decirmelo. El objetivo de las personas, durante muchos años, así al menos nos lo han inculcado en casa, es la de encontrar el trabajo perfecto. Hoy en día, tal y como están las cosas, tener trabajo ya es un lujo. Yo tengo trabajo, hago lo que me gusta y ante mis ojos ha pasado la oportunidad de luchar por un puesto para toda la vida. La he dejado de pasar y no he podido optar a ese bien tan preciado a día de hoy... !UN TRABAJO PARA TODA LA VIDA¡
Pero la vida es como una caja de bombones y tenía algo preparado para mí. La vida me había reservado una experiencia que no olvidaré y que ya echo de menos. Cuatro días de amistad, cariño, cerveza, música, bailes... Cuatro días de alegría. Cuatro días de felicidad. Cuatro días de risas. Cuatro días de celebrar que hemos llegado a la treintena. Cuatro días de celebrar que la vida hay que disfrutarla y que hay cosas que nunca hay que dejar de hacer. Cuatro días de amigos.
Porque cuando uno deja de hacer algo que le apetece. Algo con lo que sueña o algo que lleva esperando mucho tiempo, se acaba arrepintiendo. La vida está llena de momentos en los que hay que elegir. Llena de momentos en los que hay que dejarse llevar por el corazón o elegir la razón. Lo racional te lleva por el camino más fácil, pero siempre acaba apareciendo un agujero en el que caes y te provoca heridas que nunca se curan. Heridas que parecen cicratizar pero que se vuelven a abrir.
La vida es como una caja de bombones. Nunca sabes lo que te va a pasar. Y por eso, voy a seguir disfrutando de cada momento. Voy a luchar por hacer eso que me apetece. No voy a dejar pasar por delante de mis ojos oportunidades de esas que no vuelven. Momentos que debo aprovechar para que la sonrisa nunca abandone mi cara.
Y mientras sigamos sin saber cómo va a ser el próximo bombón que nos vamos a meter en la boca, vamos a disfrutar el que estamos saboreando.
Dicen que se me da bien mi trabajo. Que podría llegar lejos. Lo dice gente cercana a mí y gente que no tiene razón alguna para decirmelo. El objetivo de las personas, durante muchos años, así al menos nos lo han inculcado en casa, es la de encontrar el trabajo perfecto. Hoy en día, tal y como están las cosas, tener trabajo ya es un lujo. Yo tengo trabajo, hago lo que me gusta y ante mis ojos ha pasado la oportunidad de luchar por un puesto para toda la vida. La he dejado de pasar y no he podido optar a ese bien tan preciado a día de hoy... !UN TRABAJO PARA TODA LA VIDA¡
Pero la vida es como una caja de bombones y tenía algo preparado para mí. La vida me había reservado una experiencia que no olvidaré y que ya echo de menos. Cuatro días de amistad, cariño, cerveza, música, bailes... Cuatro días de alegría. Cuatro días de felicidad. Cuatro días de risas. Cuatro días de celebrar que hemos llegado a la treintena. Cuatro días de celebrar que la vida hay que disfrutarla y que hay cosas que nunca hay que dejar de hacer. Cuatro días de amigos.
Porque cuando uno deja de hacer algo que le apetece. Algo con lo que sueña o algo que lleva esperando mucho tiempo, se acaba arrepintiendo. La vida está llena de momentos en los que hay que elegir. Llena de momentos en los que hay que dejarse llevar por el corazón o elegir la razón. Lo racional te lleva por el camino más fácil, pero siempre acaba apareciendo un agujero en el que caes y te provoca heridas que nunca se curan. Heridas que parecen cicratizar pero que se vuelven a abrir.
La vida es como una caja de bombones. Nunca sabes lo que te va a pasar. Y por eso, voy a seguir disfrutando de cada momento. Voy a luchar por hacer eso que me apetece. No voy a dejar pasar por delante de mis ojos oportunidades de esas que no vuelven. Momentos que debo aprovechar para que la sonrisa nunca abandone mi cara.
Y mientras sigamos sin saber cómo va a ser el próximo bombón que nos vamos a meter en la boca, vamos a disfrutar el que estamos saboreando.
sábado, 31 de mayo de 2014
Aislado del mundo
Cadena Perpetua (The Shawshank Redemption, 1994) es una película dirigida por Frank Darabont y protagonizada por Tim Robbins y Morgan Freeman. Cuenta la historia de dos presos que nunca pierden la esperanza ni las ganas de vivir a pesar de estar pasando por malos momentos. Una historia que enseña a disfrutar de cualquier pequeño detalle que te permita transportarte lejos de los problemas. Una película que durante muchos momentos te mantiene pegado a la butaca y con el corazón encogido. Fue nominada a muchos premios, pero en su año competía con Forrest Gump y, como Forrest, no hay nada...
He elegido la escena en la que Andy Dufresne (Robbins) se encierra en el despacho del alcaide de la prisión y pone por megafonía con un tocadiscos para todos los presos la canzonetta sul’aria de las bodas de Fígaro de Mozart. Un momento mágico de la película.
Hay veces en las que la realidad te amarga. No te deja sonreír. Te entristece. Hay veces en las que el día a día se hace duro, largo, pesado. Hay veces en las que la rutina que te ha llevado a disfrutar de la vida se convierte en un lastre que no te deja caminar por donde te apetece. Pero siempre existen esas personas que te devuelven la sonrisa. Que consiguen que el corazón lata con fuerza. Que la sangre y los sentimientos fluyan. Siempre existen esos momentos en los que parece que nada existe. Que todo se reduce a esas cuatro paredes. A ese paseo. A esa caña. A ese pintxo. A esa partida de la play. A esa chimenea.
Puede que aislarse no sea la solución. Que siempre acabará llegando alguien que rompa el cristal y te de con su porra. Pero esa cara de felicidad, esos momentos de ilusión... Todo eso es lo que hay que disfrutar a cada minuto, a cada segundo...
He elegido la escena en la que Andy Dufresne (Robbins) se encierra en el despacho del alcaide de la prisión y pone por megafonía con un tocadiscos para todos los presos la canzonetta sul’aria de las bodas de Fígaro de Mozart. Un momento mágico de la película.
Hay veces en las que la realidad te amarga. No te deja sonreír. Te entristece. Hay veces en las que el día a día se hace duro, largo, pesado. Hay veces en las que la rutina que te ha llevado a disfrutar de la vida se convierte en un lastre que no te deja caminar por donde te apetece. Pero siempre existen esas personas que te devuelven la sonrisa. Que consiguen que el corazón lata con fuerza. Que la sangre y los sentimientos fluyan. Siempre existen esos momentos en los que parece que nada existe. Que todo se reduce a esas cuatro paredes. A ese paseo. A esa caña. A ese pintxo. A esa partida de la play. A esa chimenea.
Puede que aislarse no sea la solución. Que siempre acabará llegando alguien que rompa el cristal y te de con su porra. Pero esa cara de felicidad, esos momentos de ilusión... Todo eso es lo que hay que disfrutar a cada minuto, a cada segundo...
sábado, 17 de mayo de 2014
Patadas en el culo
Kick Ass (Kick Ass Listo para Machacar, 2010) es una película dirigida por Matthew Vaughn y protagonizada por Aaron Johnson, Chloe Grace y Nicolas Cage. Una película que pasó de puntillas por la taquilla, pero que sorprende en el sentido más estricto de la palabra. La historia es una sorpresa completa. Algo totalmente inesperado. Es meterse en la sala esperando echar como mucho un par de risas y encontrarse con un film al más puro estilo Tarantino. No ha pasado a los anales de la historia del cine, pero seguro que como a mi, a más de uno le dejó un buen regusto en la boca, y no solo por culpa de las palomitas.
Hay veces que la vida te da sorpresas. Unas agradables. Otras como para olvidar. Unas divertidas. Otras muy tristes. Hay veces que parece que todo está muy controlado, que nada se va a salir del guión establecido, pero un golpe de timón te coloca en una película totalmente diferente. El nudo que va tras todo inicio y que culminará en un desenlace nunca previsbile.
Y en ese camino siempre hay que estar bien protegido. Bien acompañado. Da lo mismo no ser el más guapo, ni el más fuerte. Da lo mismo no tener ningún poder especial. Hay veces en las que lo importante es, simplemente, estar ahí. Estar dispuesto a dar un abrazo, una palabra de ánimo, ofrecer la mejor de las sonrisas... Tener preparada una historia que te lleve a un mundo en el que lo único que vale es ser feliz. Sentirte felizmente perdido en el bosque más profundo en medio de una gran ciudad.
Porque existen sonrisas hasta para las peores noticias. Porque se puede conseguir que hasta la película con el actor que menos te gusta se convierta en especial. Porque en esta vida tan llena de obstáculos, hay que intentar darle una patada en el culo a los problemas y recuperar lo que te lleva a sentirte en las estrellas.
Hay veces que la vida te da sorpresas. Unas agradables. Otras como para olvidar. Unas divertidas. Otras muy tristes. Hay veces que parece que todo está muy controlado, que nada se va a salir del guión establecido, pero un golpe de timón te coloca en una película totalmente diferente. El nudo que va tras todo inicio y que culminará en un desenlace nunca previsbile.
Y en ese camino siempre hay que estar bien protegido. Bien acompañado. Da lo mismo no ser el más guapo, ni el más fuerte. Da lo mismo no tener ningún poder especial. Hay veces en las que lo importante es, simplemente, estar ahí. Estar dispuesto a dar un abrazo, una palabra de ánimo, ofrecer la mejor de las sonrisas... Tener preparada una historia que te lleve a un mundo en el que lo único que vale es ser feliz. Sentirte felizmente perdido en el bosque más profundo en medio de una gran ciudad.
Porque existen sonrisas hasta para las peores noticias. Porque se puede conseguir que hasta la película con el actor que menos te gusta se convierta en especial. Porque en esta vida tan llena de obstáculos, hay que intentar darle una patada en el culo a los problemas y recuperar lo que te lleva a sentirte en las estrellas.
jueves, 3 de abril de 2014
Diferentes realidades
Drive (2011) es una película dirigida por Nicolas Winding Refn y protagonizada por Ryan Gosling. Una oscura historia que te atrapa y te mantiene en tensión hasta el desenlace final. Una historia de amor y violencia. La historia de un conductor que se dedica a realizar escenas de acción como especialista en películas o a conducir coches para atracadores y bandas. Nominada a numerosos premios, su director se llevó la Palma de Oro en el festival de Cannes.
Es difícil meterse en la mente del protagonista de Drive. Una sola realidad y tantas maneras de verla. De afrontrarla. Decisiones que marcan tu camino. Riesgos o facilidades. Realizar lo que te sale del corazón o seguir al rebaño dejando a un lado las complicaciones. ¿Y si seguir al rebaño lo complica más todo? Hay veces en las que no es fácil elegir. En un segundo puedes pasar de ser el hombre más romántico del mundo a destrozarle a alguien.
También se puede pasar por la vida de lado, sin inmiscuirse y dejándose llevar por las cambiantes rachas del viento. Pero hay momentos en los que la realidad se te pone delante y hay que afrontarla. En las que tienes que decidir si irte con la chica o coger el dinero. También puedes dejar todo a un lado y buscar un nuevo camino. El riesgo te puede llevar a la muerte, pero te puede hacer alcanzar todo aquello que siempre has querido.
Es difícil meterse en la mente del protagonista de Drive. Una sola realidad y tantas maneras de verla. De afrontrarla. Decisiones que marcan tu camino. Riesgos o facilidades. Realizar lo que te sale del corazón o seguir al rebaño dejando a un lado las complicaciones. ¿Y si seguir al rebaño lo complica más todo? Hay veces en las que no es fácil elegir. En un segundo puedes pasar de ser el hombre más romántico del mundo a destrozarle a alguien.
También se puede pasar por la vida de lado, sin inmiscuirse y dejándose llevar por las cambiantes rachas del viento. Pero hay momentos en los que la realidad se te pone delante y hay que afrontarla. En las que tienes que decidir si irte con la chica o coger el dinero. También puedes dejar todo a un lado y buscar un nuevo camino. El riesgo te puede llevar a la muerte, pero te puede hacer alcanzar todo aquello que siempre has querido.
lunes, 17 de marzo de 2014
Oso de peluche y empotrador
Brain Divided (Cerebro Dividido, 2013) es un corto de animación dirigido por Josiah Haworth, Joon Shik Song y Joon Soo Song, tres alumnos del Ringling College of Art and Design (Florida). Una divertida historia que cuenta el funcionamiento del cerebro masculino durante una cita con una mujer. Normalmente os acerco en Escenasdepelicula, precisamente, escenas de películas, pero hoy os vuelvo a colar un corto que no hay que dejar pasar de lado.
El cerebro masculino, posiblemente, es un cerebro normal. Como el femenino, como el de cualquier animal. Pero un cerebro que como cada materia del universo, modifica cuando se junta con otras materias. Y a nosotros, los hombres, los chicos, los niños, los jóvenes, lo que más nos modifica el cerebro, nuestra forma de ser, nuestra forma de actuar, nuestra manera de ver las cosas... Son las mujeres. Sacan nuestro lado más sensible, pero también el más arrogante. Sacan nuestro lado más dulce, pero también el más pasional. Son capaces de hacernos sonreír a cada segundo, pero también de hacernos llorar. Ante un hombre nunca mostraremos todos nuestros encantos. Pero si una chica quiere que seamos un oso de peluche lo somos y si quiere que le empotremos como lo haría Chris Hesworth, lo haremos.
En definitiva, son capaces de volvernos locos. De hacer que todo lo planificado se desmorone. Que nuestras tácticas siempre resulten fallidas. Y entonces, dentro de nuestro cerebro, empieza la lucha entre el muñequito azul y el muñéquito rojo. Dos muñecos que no se ponen de acuerdo hasta que se les da en el morro y se les obliga a firmar la paz. Es un momento problemático, pero necesario. Es entonces cuando el cerebro reacciona. O, más bien, cuando se le obliga a reaccionar.
Del cerebro femenino, hablamos otro día. O mejor no lo hacemos, que nos podemos meter en un lío...
El cerebro masculino, posiblemente, es un cerebro normal. Como el femenino, como el de cualquier animal. Pero un cerebro que como cada materia del universo, modifica cuando se junta con otras materias. Y a nosotros, los hombres, los chicos, los niños, los jóvenes, lo que más nos modifica el cerebro, nuestra forma de ser, nuestra forma de actuar, nuestra manera de ver las cosas... Son las mujeres. Sacan nuestro lado más sensible, pero también el más arrogante. Sacan nuestro lado más dulce, pero también el más pasional. Son capaces de hacernos sonreír a cada segundo, pero también de hacernos llorar. Ante un hombre nunca mostraremos todos nuestros encantos. Pero si una chica quiere que seamos un oso de peluche lo somos y si quiere que le empotremos como lo haría Chris Hesworth, lo haremos.
En definitiva, son capaces de volvernos locos. De hacer que todo lo planificado se desmorone. Que nuestras tácticas siempre resulten fallidas. Y entonces, dentro de nuestro cerebro, empieza la lucha entre el muñequito azul y el muñéquito rojo. Dos muñecos que no se ponen de acuerdo hasta que se les da en el morro y se les obliga a firmar la paz. Es un momento problemático, pero necesario. Es entonces cuando el cerebro reacciona. O, más bien, cuando se le obliga a reaccionar.
Del cerebro femenino, hablamos otro día. O mejor no lo hacemos, que nos podemos meter en un lío...
sábado, 8 de marzo de 2014
Esclavitud sentimental
12 años de esclavitud (12 years a slave, 2013) es una película dirigida por Steve McQueen y protagonizada por Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender y Lupita Nyong´o que cuenta la historia real de Salomon Northup, un afroamericano libre que fue secuestrado y vendido como esclavo. Ha sido una de las películas del año y ha ganado tres premios Oscar (película, guión adaptado y actriz de reparto). Una historia dura, pero que merece la pena ver, y en la que sus actores están espectaculares. Lupita se llevó el premio, pero Ejiofor y Fassbender estuvieron nominados.
Hay veces en las que el dolor de los látigazos no es físico. Es un dolor que se siente en lo más profundo, que te llega a las entrañas. A veces en forma de nudo, otras como un extraño cosquilleo, otras como una presión en el pecho. Dicen que todo está en la cabeza, que todo lo provoca el cerebro, pero ¿si hubiera algo controlado por el corazón? Hay veces en las que uno puede sentirse presa de sus propios sentimientos, esclavitud sentimental.
Por mucho que el cerebro quiera controlar algo, hay veces en las que es imposible. Uno puede tener muy claro el camino que quiere tomar, lo que mejor le conviene para que su vida siga adelante por el trazo marcado, pero no siempre lo racional consigue tomar el timón. Un golpe repentino de viento y en vez de dirigirte hacia hacia el norte, empiezas a navegar hacia el sur.
El paso de los años enseña que si uno no sigue esos golpes de timón, si no se deja llevar por los giros del destino, puede acabar arrepintiéndose. Una vida sustentada sobre los cánones establecidos puede estar muy bien, pero ¿no sueña todo el mundo cada día con llevar esa vida que siempre le hubiera gustado llevar? Esa vida de fantasía en la que mandan los sentimientos y no la cabeza.
Hay veces en las que el dolor de los látigazos no es físico. Es un dolor que se siente en lo más profundo, que te llega a las entrañas. A veces en forma de nudo, otras como un extraño cosquilleo, otras como una presión en el pecho. Dicen que todo está en la cabeza, que todo lo provoca el cerebro, pero ¿si hubiera algo controlado por el corazón? Hay veces en las que uno puede sentirse presa de sus propios sentimientos, esclavitud sentimental.
Por mucho que el cerebro quiera controlar algo, hay veces en las que es imposible. Uno puede tener muy claro el camino que quiere tomar, lo que mejor le conviene para que su vida siga adelante por el trazo marcado, pero no siempre lo racional consigue tomar el timón. Un golpe repentino de viento y en vez de dirigirte hacia hacia el norte, empiezas a navegar hacia el sur.
El paso de los años enseña que si uno no sigue esos golpes de timón, si no se deja llevar por los giros del destino, puede acabar arrepintiéndose. Una vida sustentada sobre los cánones establecidos puede estar muy bien, pero ¿no sueña todo el mundo cada día con llevar esa vida que siempre le hubiera gustado llevar? Esa vida de fantasía en la que mandan los sentimientos y no la cabeza.
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