Las Brujas de Zugarramurdi (2013) es una película dirigida por Álex de la Iglesia, protagonizada por Carmen Maura, Hugo Silva, Mario Casas y Carolina Bang, pero en la que también destacan nombres como los de Terele Pávez, Pepón Nieto, Jaime Ordoñez o Macarena Gómez. Todos, del primero al último, están geniales y la película es brutal. Me quedaría con esas dos palabras para definir el film; genial y brutal. Cierto es que tras una primera hora épica, el termómetro baja en el tramo final (Carolina Bang lo sube constantemente), pero uno sale del cine con esas sensación de que ha merecido la pena acudir a la sala. La historia no es fácil de explicar, aunque es un reflejo claro del control que tienen las brujas sobre el mundo hoy en día. Además, la película sirve para que actores como Mario Casas, encasillados en su rol de guaperas, demuestren que no son sólo una cara bonita.
Las brujas dominan el mundo desde el principio. Cada vez más. Es difícil conocer el día exacto en el que extendieron su imperio, probablemente porque lo hayan querido tapar, pero no hay duda que hoy todo funciona como ellas dictan. Las cosas se hacen donde, como y cuando ellas quieren. No hay manera de cambiarlo. Su hechizo ha caído sobre la humanidad y sus efectos son imposibles de contrarrestar.
Da igual que uno se esfuerce. Si uno no pone de su parte, porque no pone, si intenta ayudar, lo hace mal. Los románticos no tienen suerte porque las brujas quieren hombres malos y los malos son esquivados porque el deseado es un osito de peluche. Cuando hay amor las brujas buscan sexo, pero quieren amor si el ambiente está caldeado.
Ellas todo lo hacen bien. Su manera de afrontar las situaciones es la correcta. Da igual que el mundo diga lo contrario o que tus argumentos tengan la fuerza suficiente, "esto se hace así, y punto". Su idioma también es peculiar, difícil de entender. Hay que estar siempre alerta para no defraudar a las brujas. Aquí, unos ejemplos para que anden con cuidado: Necesito=Quiero, Haz lo que quieras=Si lo haces te enteras, No estoy enfadada=Estoy muy enfadada, Ve con tus amigos=Significará que son más importantes que yo... ¡Cuidado!
Pero tampoco nos engañemos. Este mundo no iría nada bien si no fuera por ellas. ¿Se imaginan un mundo que no esté dominado por las brujas? De niños no comeríamos, en la adolescencia no estudiaríamos, en la juventud nadie nos escucharía, en la época adulta nuestra vida sería un desastre y en la vejez nadie nos cuidaría. Benditas Brujas.
PD: Debería hacer una serie de escenas sobre Las Brujas de Zugarramurdi. Alguna más caerá seguro. Aquí una nuestra de que los encantos de las brujas nos hacen parecer idiotas y olvidar hasta lo que más queremos...
jueves, 24 de octubre de 2013
jueves, 10 de octubre de 2013
¿Besos sexistas?
Spiderman (2002) es la película basada en el cómic de Marvel dirigda por Sam Raimi y protagonizada por el soso e inexpresivo de Tobey Maguire, la sexy Kristen Dunst y el genial Willem Dafoe. Para los amantes de los súper héroes (me considero uno de ellos sin llegar a freak), podríamos decir que es una entretenida y divertida película. Como me gusta decir, es una de esas historias que se ven a gusto con un buen saco de palomitas. Es la primera de las tres películas en las que Maguire interpreta al hombre araña. En esta se cuenta cómo se convierte Peter Parker en Spiderman, algo que me gusta especialmente en este tipo de películas.
Lejos de tirar por una de sus escenas de acción, hoy he elegido el momento del beso entre Spiderman y Mary Jane. Un beso que que me parece de lo más sensual. Un beso curioso por cómo se lo dan. Un beso de los de imitar. No hace falta ser muy inteligente para saber que hoy va de besos. De besos sexistas concretamente.
Me dijeron hace unos días que dar dos besos a una mujer desconocida puede considerarse un acto sexista. Si a los hombres se les da la mano, lo mismo se debería hacer con las mujeres. Vivimos en un mundo en el que cada vez nos preocupamos por cosas menos importantes. No tengo ninguna duda de que la desigualdad por razón de sexo debería desaparecer, pero habría que dejar bien claro qué es ser iguales. Para empezar, ni mejor ni peor, igual. Ni con preferencias, ni sin ellas, el mismo trato. Y hablando de besos, ¿saludar a una mujer con dos besos es sexista? !Dios Santo¡ Los besos son un gesto de cariño, de amistad, de amor... Nunca un acto discriminatorio. Presentarse a una mujer con dos besos es un acto de cordialidad, nunca un desprecio. Nunca un acto de superioridad hacia la mujer.
Más besos nos deberíamos dar todos. Con amigos, con amigas, con novias, novios o con gente que acabamos de conocer. No por obligación, si no porque nos apetece. Porque besarse nunca debería estar mal visto.
Lejos de tirar por una de sus escenas de acción, hoy he elegido el momento del beso entre Spiderman y Mary Jane. Un beso que que me parece de lo más sensual. Un beso curioso por cómo se lo dan. Un beso de los de imitar. No hace falta ser muy inteligente para saber que hoy va de besos. De besos sexistas concretamente.
Me dijeron hace unos días que dar dos besos a una mujer desconocida puede considerarse un acto sexista. Si a los hombres se les da la mano, lo mismo se debería hacer con las mujeres. Vivimos en un mundo en el que cada vez nos preocupamos por cosas menos importantes. No tengo ninguna duda de que la desigualdad por razón de sexo debería desaparecer, pero habría que dejar bien claro qué es ser iguales. Para empezar, ni mejor ni peor, igual. Ni con preferencias, ni sin ellas, el mismo trato. Y hablando de besos, ¿saludar a una mujer con dos besos es sexista? !Dios Santo¡ Los besos son un gesto de cariño, de amistad, de amor... Nunca un acto discriminatorio. Presentarse a una mujer con dos besos es un acto de cordialidad, nunca un desprecio. Nunca un acto de superioridad hacia la mujer.
Más besos nos deberíamos dar todos. Con amigos, con amigas, con novias, novios o con gente que acabamos de conocer. No por obligación, si no porque nos apetece. Porque besarse nunca debería estar mal visto.
jueves, 3 de octubre de 2013
Inconformistas por naturaleza
Bambi (1942) es una película de Walt Disney basada en la novela del alemán Felix Salten, Bambi, una vida en el bosque (Bambi. Eine Lebensgeschichte aus dem Walde). Narra la tierna historia de un cervatillo y sus amigos del bosque. Una tierna historia con su punto trágico dirigida al público más infantil. Ganó tres premios de la academia, ninguno de los denominados importantes. Si quieren mi opinión, no es la película de Disney a la que más cariño le tengo.
Hoy he llegado a Bambi porque en los últimos días en casa hemos tenido un pequeño conejo. Desde el primer día me recordó a Tambor, el amigo de Bambi. En casa nunca han gustado los animales, mi hermana y yo nunca hemos tenido mascotas. Algún pececillo de color y un perequito, pero nada de perros, gatos o hamsters. El "no" de mi ama siempre era rotundo. Da la casualidad, o no, que a los dos días de que el conejo apareciera por casa, mi ama ya lo había hecho suyo. Lamentablemente, el animalillo llegó enfermo y no nos ha durado más de una semana. Imaginen quién se ha llevado la mayor decepción.
El ser humano es inconformista por naturaleza. Siempre quiere lo que no tiene, siempre echa de menos lo que nunca le había interesado. En casa estamos impacientes. Queremos volver a ver a nuestro Tambor particular correteando por los pasillos. Nunca hubiera apostado por algo así.
No voy a dejar de lado el tema, que aunque denostado, más gusta al público en general. En las relaciones personales pasa lo mismo. Empiezas a valorar las amistades cuando más lejos están y no les puedes ver lo que quisieras. Añoras la soltería cuando estás felizmente ennoviado y sólo piensas en encontrar a la persona de tu vida cuando picas de flor en flor.
Inconformistas. Por naturaleza.
PD: Tambor, igual de entrañable en francés o en castellano
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