miércoles, 25 de septiembre de 2013

Al festival con el pijama de rayas

El niño con el pijama de rayas (The boy in the striped pyjamas, 2008) es una película dirigida por Mark Herman y que está basada en la novela con el mismo nombre escrita por John Boyne. Ambientada en la Segunda Guerra Mundial, narra la historia de Bruno, hijo de un militar alemán, que debe mudarse con su familia a una casa situada al lado de un campo de concentración. Su gusto por la exploración le hace llegar hasta el vallado del campo, donde conoce a Shmuel, un niño de su edad. La historia está contada desde la mirada de Bruno, que tiene ocho años. La película consigue transmitir la dureza de la situación, pero nada como la novela para entender lo que un niño percibe en cada momento. El niño con el pijama de rayas es grandioso cuando se lee, pero no cuando se ve.

No he elegido la película para alabarla, no me gustó demasiado, si no para hablar de los festivales de cine. El niño con el pijama de rayas fue estrenanda en el Festival de San Sebastián y tuve la ocasión de verla allí. Fue la última vez que acudí al festival. Me gusta el cine, lo saben. Sus entresijos, cotilleos y películas, pero no me atrapó acudir al festival. No soy de los que se van a tirar horas esperando ver un famoso, aunque me encantaría cenar con cualquier persona de la farándula, ni entiendo ir al cine a las nueve de la mañana. ¿Qué hora es esa para disfrutar del séptimo arte? ¿Quién se pone una película nada más levantarse de la cama? Que no cuenten conmigo.

No puedo esconder que me encanta el glamour del festival, que me pone nervioso cruzarme con los coches oficiales y pensar que hay una Julia Roberts de la vida dentro, pero nada más. Tengo asumido que no  me voy a cruzar con ella en la calle y me voy a convertir en su Richard Gere. También tengo claro que Álex de la Iglesia no se va a fijar en mi para su próxima película.

Los festivales, tiraré de esa expresión que está tan de moda, son un lugar para el postureo. Unos venden sus productos, otros crecen unos centímetros con su acreditación al verse rodeado de estrellas. Yo también sería un poco más alto.

PD: Vuelvo tras un largo verano. Vuelvo con la rutina. 




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