Hoy he querido rendir mi pequeño homenaje a la difunta Sarita Montiel, Saritísima. Una mujer que podemos tomar a cachondeo, pero que fue una adelantada a su época y que llegó a triunfar en la meca del cine. Una mujer de la que guardamos el recuerdo de señora mayor a la que le gusta dar el cante pero que llegó a enamorar a Gary Cooper y Ernest Hemingway, que le enseñó a encender los puros con los que habitualmente se dejaba ver.
Sara Montiel merece su presencia en este blog porque siempre ha hecho lo que le ha dado la gana sin importarle lo que dicen los demás y eso es algo de lo que deberíamos aprender. La de cosas que nos quedarán en el tintero por el qué dirán...
Y la escena que he elegido, además de ser una de las más conocidas canciones de Sara Montiel, me trae buenos recuerdos. En mis comienzos radiofónicos, mi ex compañero Ángel López y mi compañero Cesar Pérez Gazolaz me permitieron acompañar un reportaje de pelota con el Fumando Espero de Sara... Ahora imaginen lo que quieran...
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