En los últimos años, en los que se nominan tantas películas (en esta edición nueve), no veo todas las posibles triunfadoras. En esta ocasión, antes de la gala había visto Argo, Django y Zero Dark Thiry. Luego he visto El lado bueno de las cosas. De las cuatro, Argo es la que menos me gustó. Me hubiera quedado con Django, que se llevó el importantísimo premio al mejor guión original (Quentin Tarantino), incluso con la trepidante Zero Dark Thirty. Pero en esta ocasión la Academia dio la sorpresa y dio el premio a Argo. Pasó algo similar cuando en 2005 Crash (bastante mejor que Argo) se llevó por delante, gracias a Dios, a la infumable Brokeback Mountain, Memorias de una Geisha o Capote.
Y ya que hablamos de situaciones inesperadas, no dejaremos pasar por alto el tema del momento. La elección del nuevo Papa. El argentino Jorge Mario Bergoglio (se llamará Francisco), que no estaba en las quinielas, ha sido el elegido para suceder a Benedicto XVI. El acto ha sido seguido en todo el mundo y ha sido trending topic mundial en las últimas horas. Hay quién no entiende que se le de tanto bombo al nombramiento del nuevo Papa porque estamos en un estado laico, por lo que habría que explicar dos situaciones bien diferentes.
Por un lado, algo tiene repercusión en los medios cuando se considera interesante. Cuando el público lo reclama. El periodismo es un negocio más y lo que se busca es vender un producto. Si la gente compra naranjas y montas una tienda, no venderás limones...
Por otro lado, y aunque muchos no seamos practicantes, debemos entender que hemos sido educados en torno a los valores cristianos. Piensen en el 'no matarás', 'honrarás a tu padre y a tu madre', 'no robarás', 'no codiciarás los bienes ajenos'... Piense la razón por la que el domingo es festivo (y al séptimo día, descansó'). Piensen en los fiestas que celebramos (Navidades, Semana Santa, Carnavales...). Piensen cómo vivimos y entenderán muchas cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario