martes, 25 de diciembre de 2012

Con un poco de azúcar

Mary Poppins (1964) es una película estrenada veinte años antes de que yo naciera y que se sigue repitiendo una y otra vez en televisión por estas fechas. Es un clásico navideño que ayer pude volver a ver. Lo desconocía, pero Mary Poppins está basada en una serie de libros del mismo nombre escritos por PL Travers. El largo narra la historia de una adinerada familia de Londres que busca una niñera para sus hijos. La 'elegida' acaba siendo Mary Poppins, esa niñera que todos hubiéramos querido tener. Es una película/musical tierna y entretenida que gustó en su día y  sigue gustando. De hecho, es la película de Disney con más nominaciones a los Oscar (13) y fue galardonada con cinco, los de mejor banda sonora, efectos especiales, canción original (Chim Chim Cher-ee), montaje y actriz. Julien Andrews se llevó la estatuilla, pero no hay que desmerecer el gran personaje interpretado por Dick Van Dyke. También estuvo nominada como mejor película, pero el premio fue para My Fair Lady. Mary Poppin es, sin lugar a duda, una encantandora película y muy recomendable para ver durante estos días.

La escena que hoy he elegido corresponde al momento en el que Mary Poppins ayuda a los niños a recoger la habitación y lo hace cantando "Spoon Full of sugar" (Con un poco de azúcar). En esta escena podemos ver claramente el tono de la película. He elegido a Poppins y esta canción por lo siguiente. Somos muchos los que disfrutamos de la Navidad, aunque es cierto que conforme pasan los años, uno va acumulando recuerdos que afloran con más fuerza durante estas fechas. Hay quien por este motivo, aborrece las navidades. Otros critican el lado consumista de  estas fiestas, sobre todo por la situación económica que atraviesa el país. Y otros, entre los que me encuentro, detestamos la falsedad con la que te desean sus mejores deseos personas que dentro de dos semanas ni te saludarán por la calle...

No podemos esconder estos aspectos negativos, pero hagamos caso a Mary Poppins, tomemos un poco de azúcar y disfrutemos de estos bonitos días. Las calles están iluminadas, la gente camina con una sonrisa especial en sus rostros y los niños viven uno de los momentos más mágicos de la vida de cualquier persona. ¿No se acuerdan cuando se metían en la cama y no podían echar ojo porque esa noche alguien entrataría en casa para dejar regalos? Disfrutemos de estos días, que son para disfrutrar. Y si no te gustan, ya sabes, con un poco de azúcar...


jueves, 13 de diciembre de 2012

Indeseables


Mejor Imposible (As good as it gets, 1997) es una brillante película dirigida por James L. Brooks y protagonizada por Jack Nicholson y Helen Hunt. Los dos ganaron el Oscar por su interpretación en esta historia. La película también fue nominada a Mejor Película (ganó el globo de oro en este apartado), mejor banda sonora, mejor montaje, actor de reparto (Greg Kinnear) y guión original. El problema de Mejor Imposible es que aquel año le tocó pelear con Titanic.
La película de hoy relata la relación entre Melvin (Nicholson), un hombre con trastorno obsesivo compulsivo y Carol (Hunt), la camarera del restaurante al que siempre va a comer. Melvin, además de los problemas derivados de su enfermedad, es un hombre indeseable, con un carácter que casi nadie podría aguantar. Carol es todo lo contrario. Todo el mundo guarda un "yo" entrañable en su interior y... Vean la película porque merece mucho la pena.

Hoy he escogido esta película y esta escena porque quiero hablar de una actitud muy concreta de determinadas personas. Una actitud que odio con todas mis fuerzas. Hablo de esas personas que no saludan por la calle o que cuando lo hacen, parece que te estén haciendo un favor o te deban algo. Me cruzo con bastantes personas que, aunque me conocen, deciden no saludar o hacerlo con amargura. No hablo de amigos ni de personas cercanas, pero sí de gente que, por una razón u otra, conozco. Ese compañero de equipo de hace años, esa chica con la que fuiste a clase en el instituto o aquellos con los que compartiste un genial verano de colonias.

¡Un "agur" no cuesta dinero amigos! Así que a ver si empezamos a caminar con una sonrisa en la boca y tenemos un pequeño gesto con esas personas con las que nos cruzamos por la calle. Eso sí, abstenerse aquellos que sólo lo harán durante estas fechas y te felicitan la Navidad y el Año Nuevo como si fueran íntimos y luego se dedican a mirar al móvil cuando pasan a tu lado en el mes de abril...

jueves, 6 de diciembre de 2012

De pastilla roja, ¿Y tú?



The Matrix (1999) es la primera película de la trilogía Matrix. Las dos siguientes son The Matrix Reloaded y The Matrix Revolutions. No tengo ninguna duda, y dudo que alguien la tenga, de que la primera de la saga es la mejor. De hecho, no me acuerdo muy bien de la segunda y la tercera no estoy seguro de haberla visto. Para que se hagan una idea del recuerdo que me dejaron... Matrix es una historia de ciencia ficción trepidante en la que se mezclan grandes efectos especiales, buenas peleas y momentos de acción con un fondo filosófico entre lo real y lo imaginario. Lo he leído por ahí, pero sería demasiado hacer una comparación con la alegoría de la caberna de Platón. Pero dejando de un lado las fobias cinéfilas que tiene la gente y centrándonos en disfrutar de una película de ciencia ficción, diremos que The Matrix es más que recomendable. Además podremos ver a Keanu Reeves en uno de sus pocos papeles acertados y a Laurence Fishburne, un clásico de las cintas de acción.

Hoy he elegido una interesante escena de la película. El momento en el que Morfeo le ofrece a Neo la posibilidad de entrar en Matrix. Sólo tiene que elegir entre tomar la pastilla roja o la pastilla azul. Neo elige la roja. Lo más fácil hubiera sido tomar la azul y olvidarse de todo. No meterse en líos y seguir con su vida, pero decidió dar un paso al frente y abrir fronteras. Yo soy de pastilla roja. Al menos, esa es la actitud con la que afronto la vida. Quiero probar, experimentar, hacer cosas nuevas, arriesgarme... Es así como me gustaría ser siempre. Ante las decisiones, tomar siempre la que realmente apetece y no la correcta. Aunque no nos engañemos... hay muchas veces en las que me cago y me tomo la pastilla azul. ¿Tú de cuál eres?